Patricia Guillem: «La falta de amoxicilina hace que se receten pastillas de adultos a los niños»
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La escasez de medicamentos, en particular de la ampliamente utilizada amoxicilina, ha alcanzado proporciones alarmantes para la Comisión Europea, que ha preparado un plan de contingencia para paliar el desabastecimiento. Este problema ha generado inquietud entre profesionales de la salud y pacientes por igual, ya que la falta de acceso a este antibiótico esencial pone en peligro la atención médica y la capacidad de combatir infecciones comunes.
El desabastecimiento comenzó el pasado invierno, como constató el Grupo Directivo Ejecutivo sobre Desabastecimiento y Seguridad de Medicamentos (MSSG), que hizo público un comunicado en relación con los problemas de suministro de antibióticos en toda la Unión Europea que se puede leer en la web del Consejo General de Colegios Farmacéuticos.
Mientras los gobiernos y las farmacéuticas buscan soluciones a largo plazo, la población se ve obligada a lidiar con una escasez que amenaza la salud pública. Las razones detrás de esta carestía y las posibles soluciones son temas de urgente debate en toda la región. OKSALUD ha entrevistado a la doctora Patricia Guillem Saiz, catedrática de Medicina Preventiva, Epidemiología y Salud Pública de la Universidad Europea de Madrid (UEM) que ha explicado que este problema se debe, en parte, a la guerra de Ucrania y al incremento de las infecciones.
PREGUNTA.- ¿Qué es la amoxicilina y para qué se utiliza?
RESPUESTA.- La amoxicilina es un antibiótico de tipo bactericida, perteneciente a la familia de las penicilinas. Se utiliza con frecuencia en el tratamiento de infecciones producidas por microorganismos que son sensibles a este fármaco. Entre las patologías más comunes en las que destaca su uso encontramos: amigdalitis, otitis media aguda, sinusitis, neumonías, infecciones de orina, infecciones de piel e infecciones dentales. También es común asociarla a otras combinaciones de medicamentos para erradicar del estómago a Helicobacter pylori.
Es conveniente recalcar que la amoxicilina, como el resto de antibióticos, sólo resulta eficaz ante infecciones bacterianas y en ningún caso sería un tratamiento de elección si el padecimiento ocasionado fuese de tipo vírico, además de resultar inútil, favorecería la creación de resistencias antimicrobianas suponiendo un problema de salud adicional.
P.- ¿De dónde sale la noticia de que la amoxicilina escasea en la Unión Europea?
R.- En realidad no es una noticia nueva. Fármacos muy variados y de uso habitual, desde la amoxicilina al paracetamol, pueden ser cada vez más complicados de encontrar en Europa. Los problemas relacionados con su suministro, se han agravado en los últimos años, consecuencia de la guerra de Ucrania y de los tiempos pospandémicos en los que las personas han sufrido un incremento de infecciones invernales.
P.- ¿Por qué ocurre esto?
R.- El motivo principal tiene que ver con la globalización de la producción de fármacos, que ve cómo las distintas etapas de la fabricación de medicamentos se dividen en múltiples centros repartidos por todo el mundo. Un problema generado en un país producto concreto, genera una escasez a nivel mundial. La alta inflación ocasionada por la guerra ha afectado a numerosos sectores, entre ellos al farmacéutico, la elevación de los costes energéticos y el encarecimiento de las materias primas son algunas de las dificultades principales.
P.- ¿Hay abuso de consumo de antibióticos en Europa? ¿Y mal uso?
R.- El Consejo de la Unión Europea, el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y sus Agencias (EMA, ECDC, HMA, EFSA) han identificado la necesidad de establecer una estrategia común europea para valorar y afrontar el problema del desabasto de los suministros y del desarrollo de resistencia a los antibióticos. El plan establecido se estructura en seis líneas estratégicas, comunes para la sanidad humana y veterinaria, subdivididas en medidas y acciones concretas. El éxito de este plan requiere un planteamiento global y multidisciplinario que permita intensificar la cooperación para el uso adecuado de antibióticos en salud humana y animal.
Su mal uso o abuso conlleva a la aparición de farmacorresistencias, otro problema de difusión mundial. La ineficacia que se crea, aumenta la mortalidad y dificulta los tratamientos. Se requiere de un cambio en la forma de utilización de los antibióticos, con una mayor concienciación por parte de la población en cuanto a una toma responsable, siempre guiada de la prescripción médica correcta.
P.-¿Tiene datos del caso español en particular?
R.- En nuestro país hay 25 presentaciones con problemas de suministro, según cifras del CIMA, que es el centro de Información de Medicamentos. La alerta empezó en noviembre del 2022, sobre todo en formulaciones de uso pediátrico. Esta situación condujo a que se optase por permitir que, cuando sea necesario, se receten pastillas para adultos a niños, partiéndolas por la mitad.
P.- ¿Hay medicamentos alternativos para esta carestía?
R.- Igual que se busca otra opción terapéutica cuando un paciente presenta alergia a un producto concreto, dependiendo de la patología que tenga, el médico podrá prescribir una alternativa diferente como fármaco de elección. Por citar algunos ejemplos: clindamicina (faringoamigdalitis), azitromicina (otitis media), combinación de azitromicina y claritromicina (para neumonía), combinación de clindamicina y cotrimoxazo (para infecciones de la piel)
P.- ¿Qué implicaciones tiene esta escasez?
R.- Estudios científicos recientes, como por ejemplo: The Pharmaceutical Journal en julio de 2022 revelan, por un lado, la creciente preocupación expresada por los pacientes encuestados de cómo esta carencia puede afectar a su salud y por otro, se pone de manifiesto que, en un porcentaje relevante de casos, la sustitución de un medicamento por otro provocaba errores de medicación e incluso, aumentaba el riesgo de efectos secundarios o efectividad diferente, lo que implica obtener unos resultados sanitarios inferiores y en consecuencia un menor beneficio para los pacientes.
Además, como he comentado previamente, todo esto unido a la resistencia a los antimicrobianos tiene un coste considerable para las economías de los países y sus sistemas de salud, ya que afecta a la productividad de los pacientes o de las personas que los cuidan, al prolongar las estancias hospitalarias y requerir una atención más cara e intensiva.
P.- ¿Hay alternativas terapéuticas?
R.- Entre las alternativas disponibles para solucionar el problema, algunos países ya ofrecen la sustitución por un medicamento genérico. En otros casos, se dispone de una legislación que obliga a los fabricantes a proporcionar existencias mínimas de seguridad para determinados medicamentos.
De forma específica, en marzo de 2022, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) creó un grupo directivo para abordar los problemas de suministro. Este grupo de especialistas, trabaja para garantizar una mejor comunicación y coordinación entre los distintos agentes del sector.
Otra medida aplicada a nivel nacional, permitiría que las farmacias de algunos países pudiesen sustituir los medicamentos que sufrían escasez sin que el paciente tuviese que volver al médico y solicitar otra receta.
Sin embargo, todas estas acciones no cortan el problema de raíz. Analistas y funcionarios públicos piden que la producción de medicamentos se traslade de Asia a Europa, repatriando la totalidad de la cadena de producción. Aunque la presión sobre la industria farmacéutica es clara, es probable que existan numerosos trámites burocráticos.